
Escrito por web del bebe en Ya es escolar
Los niños se vuelven cada vez más independientes, cada experiencia que viven los hace crecer. Al llegar a la etapa escolar, ya se desenvuelven perfectamente, conversan, expresan sus opiniones, refutan, etc. Sumado a que tienen a sus compañeros con los cuales comparten sus opiniones y hasta les dan ideas para resolver sus problemas.
Si nosotros teníamos problemas para corregir a nuestro hijo desde pequeño, hacia los 7 años nos será más difícil aún, si no logramos entablar una comunicación con él desde pequeño, a esta edad tendremos más dificultad, pero hay que hacerlo de lo contrario, no podremos controlarlo posteriormente.
Tratar de no gritarlos, pegarles, imponernos con autoritarismo; normalmente es difícil, pero hay que tratar de evitar estas situaciones, por lo menos, no dejar que estas situaciones se conviertan en algo cotidiano. La clave principal para corregir a los niños ante una acción equivocada es la comunicación, el diálogo; hacer que piensen en lo sucedido, conversar acerca del problema y cómo se puede reparar el daño. Suena bastante fácil para una familia que ha crecido con una buena comunicación, pero para los que no crecieron así, los padres tienen la labor de iniciar esta comunicación, primero para que sus hijos sepan que ante un error ya no van a recibir un castigo físico o absurdo como no salir de su cuarto hasta el día siguiente, sino que hay otra opción, en la cual se puede hasta solucionar el problema, con esto, se logrará la confianza entre ellos y el respeto mutuo.
Por ejemplo, si su hijo trajo malas notas, no lo grite, converse con él; pregúntele por qué no pudo estudiar las lecciones, lógicamente el niño no le dirá que fue por ver televisión sino porque le faltó tiempo, ante esto usted podría decirle que dejará de ver televisión para que no le falte tiempo en el próximo examen, su hijo sentirá que el castigo es por algo que él ha hecho mal y no porque a sus padres se les ocurrió.
Se debe tener en cuenta que los padres son los jefes de la familia y los hijos obedecen las reglas impuestas por los padres en cuanto a horarios, tareas y labores del hogar y del colegio, rutinas, etc.
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